POR LIBRES
MÉRIDA, Yucatán.— Cientos de maestros, vestidos de rojo y con pancartas en mano, tomaron las calles de Mérida esta mañana para exigir la abrogación de la Ley del Issste de 2007, una legislación que, según ellos, viola sus derechos laborales. La protesta, que comenzó con una marcha por el centro de la ciudad, terminó en un tenso enfrentamiento frente al Palacio de Gobierno, donde los manifestantes fueron recibidos no con el diálogo prometido, sino con vallas metálicas y extintores. ¿Qué mejor manera de demostrar el «gobierno del cambio» que reprimiendo a quienes exigen justicia?
Los maestros, liderados por el profesor Limber Santoyo, llegaron a la Plaza Grande alrededor de las 9:30 horas y rápidamente bloquearon el paso vehicular mientras coreaban consignas como: «No somos uno, no somos diez, cuéntanos Huacho, cuéntanos bien». Una frase que, aunque rimada, no logró sacar al gobernador de su escondite. ¿Será que «Huacho» está demasiado ocupado recordando sus promesas de campaña, como aquella de las «puertas abiertas» para el diálogo? Porque, hasta ahora, esas puertas parecen estar más cerradas que un libro de texto en vacaciones.
Entre las demandas de los maestros se encuentran la jubilación por tiempo de servicio, la eliminación de las UMAS, el pago de pensiones en salarios mínimos y el acceso a vivienda digna. Exigencias que, por cierto, no son nuevas. De hecho, los maestros aseguran que en una manifestación anterior firmaron un acuerdo con el subsecretario de Gobierno y el representante de Educación, pero, como era de esperarse, ese acuerdo fue tan respetado como las promesas de campaña del gobernador. ¿Alguien se sorprende?
La tensión escaló cuando los maestros amenazaron con un paro indefinido y con bloquear el aeropuerto de Mérida si no eran atendidos. «El único culpable del paro indefinido es el gobernador», gritaron los manifestantes. Y, mientras tanto, el personal de seguridad del Palacio de Gobierno decidió que la mejor manera de calmar los ánimos era rociando extintores a los maestros. Porque, claro, ¿qué mejor manera de apagar el descontento social que con un poco de CO2?
El profesor Víctor Enriquez, otro de los líderes de la protesta, declaró que esta lucha es por el beneficio de todos los maestros. Sin embargo, parece que el gobernador «Huacho» tiene otras prioridades, como mantenerse en su burbuja de indiferencia. Recordemos que, durante su campaña, prometió un gobierno cercano y dialogante. Pero, desde que asumió el cargo, esa promesa ha brillado por su ausencia. ¿Será que «Huacho» confundió «puertas abiertas» con «puertas blindadas»?
Limber Santoyo, en un momento de lucidez, resumió el sentir de muchos: «Primero fueron las mujeres, luego los poblados de Sisal. Hoy [fueron] los maestros. Están siendo reprimidos por ese ‘gobierno del cambio’. No hay un cambio, al contrario, compañeros. MORENA hoy es una falacia». Y, viendo cómo se desarrollan los eventos, es difícil no darle la razón.
Así que, mientras los maestros siguen esperando una respuesta, el gobernador «Huacho» sigue sin dar la cara. ¿Será que está demasiado ocupado buscando su empatía perdida? O quizás, simplemente, está esperando a que los extintores hagan todo el trabajo por él.