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Pese a pruebas absuelven a Francisco del delito de violación

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A Anabel la violaron el 30 de enero del 2021, el agresor sexual era como un padre para la joven y también su jefe -en Laboratorio Ríos-. Lo denunció el 13 de febrero. Necesitaba tiempo para procesar el ataque. Pasó un año para la audiencia de vinculación y a pesar que su defensa probó el daño psicológico y presentó el examen del médico legista, Francisco J.S.R. salió absuelto del delito.

Por Claudia V. Arriaga Durán

Mérida, Yucatán, 05 de noviembre de 2022.- A Anabel la violaron el 30 de enero del 2021, el agresor sexual era como un padre para la joven y también su jefe -en Laboratorio Ríos-. Lo denunció el 13 de febrero. Necesitaba tiempo para procesar el ataque. Pasó un año para la audiencia de vinculación y a pesar que su defensa probó el daño psicológico y presentó el examen del médico legista, Francisco J.S.R. salió absuelto del delito.

En cambio, la cuestionaron del tiempo en que demoró en denunciar la violación y se puso en duda su palabra al no recordar la hora exacta de la agresión. Además, el abogado de Francisco cuestionó su sexualidad. Alegó que las acusaciones eran falsas, pues Anabel tuvo un noviazgo con un hombre y luego con una mujer.

“No puede ser posible, la carpeta estaba completa teníamos la declaración de su hijo, de quien también abusó y a los pocos días nos enteramos que esa declaración desapareció de la carpeta de investigación”, declaró la joven.

La falta de perspectiva de género no solo revictimizó a la joven, también le impidió acceder a la justicia.

La denuncia de Anabel no es la única contra Francisco, pero sí fue la primera. En el Hospital García Tellez T 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) donde trabajó, al menos una de sus colegas manifestó que la agredió. Y en las sucursales de los Laboratorios Ríos algunas ex empleadas renunciaron por el acoso sexual que él ejerció.

Francisco planeó las agresiones sexuales contra Anabel

Anabel empezó a trabajar en Laboratorios Ríos de Francisco a mediados del 2019. El acoso sexual inició gradualmente. Primero fueron roces en la mano, pierna y la joven no le tomó importancia al principio.

“Conforme pasaron los días, la relación laboral se volvió en pláticas personales como si tenía novio, si ya había pasado mi primera vez, si salía con alguien. Yo no respondía y le pedía que no me pregunte. Me decía que no me preocupe, que son cosas normales que la gente pregunta y era para protegerme porque era como una hija”, comentó en entrevista.

Con la excusa de la pandemia del Covid-19, que trajo consigo la restricción de movilidad y la reducción del número de pasajeros en los autobuses, él ofreció llevarla y traerla de casa a su trabajo. Al mismo tiempo el acoso se volvió más violento.

“En el laboratorio estábamos solos, yo le empecé a preguntar dónde estaba su actual pareja y no me respondía y ocurrió el primer acoso muy feo. Me pegó a la tarja del laboratorio, introdujo su mano en mi pantalón y empezó a tocarme, me quedé helada y no supe qué hacer, no me moví, me quedé espantada, en shock, terminó y se metió a su casa, seguí paralizada, me metí al baño y empecé a llorar, me fui, y no se lo conté a mi familia porque tenía miedo, me sentía culpable, cuando el que debió tener pena era él”, detalló.

La vigilaba

Anabel continuó en el trabajo debido a la necesidad económica, en medio de la pandemia del Covid, su salario era el único ingreso en casa. Francisco empezó a hostigarla fuera del trabajo. Iba a su casa -como era de familia cercana- y si no la encontraba, le reclamaba al día siguiente. A su novia igual la espiaba, averiguó donde vivía y la persiguió una noche.

“Otro detalle es que me tenía vigilada, terminaba mi horario laboral y entre 6 y 7 de la noche, iba a mi casa a ver si salía, llegaba y le preguntaba por mí a mi familia. Yo me escondía, les pedía que no le digan porque al día siguiente que llegaba me decía que era una puta, una zorra. También me marcaba insistentemente y si no respondía me mentaba la madre al día siguiente”, señaló.

Cada vez que lo rechazaba Francisco la violentaba de distintas formas. La amenazó con dañar a su familia en reiteradas ocasiones.

“Empezaba la época navideña y me obligaba a acompañarlo a repartir regalos para los médicos. Íbamos por el estadio Kukulkán, en una camioneta blanca, me decía cosas horribles cuando no le correspondía y le decía que soy lesbiana y tenía pareja. Se ponía a gritar, golpeaba el volante. Me amenazaba con hacerle algo a mi novia y a mi familia”, apuntó.

La secuelas en la vida de Anabel

Anabel se encuentra en terapia psicológica. Como secuela de la violación sexual y la violencia a la que la sometió Francisco desarrolló delirio de persecución y ansiedad.

Ella no fue la única afectada. Cuando lo denunció, uno de los hijos de su agresor confesó su padre abusó de él, incluso testificó en el juicio, aun así el juez no lo vinculó a proceso.

Francisco durante años acosó a sus exempleadas de Laboratorios Ríos, todas por necesidad económica no denunciaron y renunciaban al encontrar otro empleo. Anabel solo quiere justicia. La decisión del juez fue apelada por la defensa de la joven.