Con una protesta estudiantes y trabajadoras de la facultad de Antropología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) denunciaron a Humberto Z. por acoso sexual y violencia labora. Fue despedido, pero el proceso fue revictimizante para las denunciantes. Las obligaron a encarar a su agresor y sólo, luego de exponer su caso en medios obtuvieron una respuesta.
Por Andrea Segura Rodríguez
Mérida, Yucatán, 21 de julio de 2022.- Hace una semana, estudiantes y trabajadoras de la facultad de Antropología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) protestaron para denunciar a Humberto Z, por acoso sexual y hostigamiento laboral. Lograron que fuera despedido, pero aseguraron que el proceso fue revictimizante para las denunciantes.
En ese sentido, una vez más, la colectiva UADY Sin Acoso y el Centro por la Justicia, Democracia e Igualdad (Cejudi), reiteraron que el actual protocolo de Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género de la Universidad no cumple su función de garantizar se respeten sus derechos.
“Cuando hablamos de delitos sexuales, estamos hablando de algo muy íntimo y tener que exponerlo para buscar justicia, desde ahí ya es revictimizante”, comentó en rueda de prensa la representante de UADY sin acoso, Rosa Cruz Pech.
“Las víctimas tuvieron que escuchar los discursos violentos de la persona al ser encaradas con él, quién también las llamó mentirosas. De igual manera, tanto el proceso como la resolución no fueron transparentes. La resolución fue dada mediante una llamada, de forma posterior a que se enviará un comunicado para la prensa”, apuntó la activista.
Llama la atención que las denunciantes no recibieron algún documento escrito o correo electrónico de la UADY que hiciera formal la decisión, y tampoco les dieron más detalles.
La coordinadora de Cejudi, Silvia Esquivel Canul, lamentó que la Universidad no abordó el caso de forma correcta. Mencionó que uno de los principales motivos es que el protocolo actual de la UADY, carece de lineamientos de atención a víctimas.
Además, dijo que es obligación de todas las instituciones educativas investigar las situaciones que pudieran ser de acoso y hostigamiento a través de procesos efectivos, con la debida diligencia y reparación integral.
“La violencia sexual es una violación de derechos humanos; el acoso y el hostigamiento amenazan la igualdad de oportunidades y es incompatible con el derecho a tener condiciones de trabajo seguras”, explicó.
Sobresale, que, aunque las quejas se interpusieron a través del Protocolo de Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género, la UADY optó por llevar a cabo un proceso de conciliación laboral por conflictos individuales de trabajo.
“A pesar de las carencias del protocolo vigente, este, está diseñado para atender este tipo de violencias denunciadas, mientras que la conciliación no, pues está pensado para conflicto de trabajo, no para agresiones. Debieron aplicar el protocolo para protegerlas”, enfatizaron.
A través del Protocolo de Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género se recibieron dos denuncias, pero 28 mujeres de la plantilla laboral fueron afectadas.
