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Samara y la Ley Trasciende: La Lucha por una Muerte Digna como Acto de Amor Propio

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Por Sofía Vital

24 de Octubre de 2025.- Tomar las riendas de la vida exige no solo una visión, sino también coraje y determinación.
Conocer a Samara y conversar con ella es adentrarse en un libro de conocimiento y, al mismo tiempo, de libertad. Desde la perspectiva del estoicismo y el amor incondicional a la vida, Samara impulsa la Ley Trasciende.

La Ley Trasciende es una iniciativa legislativa que busca incorporar el Título Octavo Ter «Eutanasia» a la Ley General de Salud de México, con el objetivo de regular la eutanasia activa para personas mayores de 18 años con enfermedades terminales o padecimientos crónico-degenerativos permanentes e irreversibles. La propuesta, que será entregada al Senado de la República el 28 de octubre de 2025, busca derogar el artículo 166 Bis 21 que actualmente penaliza la eutanasia como «homicidio por piedad», y se fundamenta en los principios de dignidad, autonomía y derechos humanos. Establece un procedimiento riguroso pero humano: requiere un diagnóstico confirmado por dos médicos, información completa sobre cuidados paliativos, una solicitud escrita ante notario con un periodo de reflexión de cinco días, e incluso permite registrar la voluntad anticipada para enfermedades como el Alzheimer. Aunque respeta la objeción de conciencia del personal médico, la ley garantiza el acceso a este derecho en un plazo de 48 horas, asegurando que la eutanasia sea una opción libre, informada y protegida para quienes deseen poner fin a un sufrimiento innecesario, posicionando a México junto a países que reconocen la libertad de decidir sobre la propia vida.

La decisión de Samara de impulsar la eutanasia asistida se gestó en 2024, tras recibir la noticia de que su segundo trasplante había fallado. Ante un panorama sin esperanza de vivir dignamente, Samara se enfrentó a la perspectiva de permanecer conectada a una máquina, sufriendo un deterioro progresivo mientras las enfermedades seguían su curso.

“Aquí es cuando nace el pensamiento en contra de querer ver cómo mi cuerpo se va deteriorando”, nos confiesa Samara.

Aunque para muchos en la actualidad la eutanasia es una decisión difícil de comprender, para Samara fue una elección enfocada, sin miedo a los comentarios negativos. Su activismo no es accidental, sino fruto de la determinación; su causa no es una bandera teórica, sino la más íntima y urgente de todas: el derecho a una muerte digna.

Para entender la Ley Trasciende, es fundamental comprender la realidad de Samara: para seguir con vida, debe conectarse a una máquina 10 horas diarias. Los pasos que realiza cotidianamente son extenuantes, no solo para ella, sino también para su familia. Tras un año 2024 muy complicado, en el que pasó la mayor parte del tiempo en el hospital, su vida no ha sido fácil.

Samara cree fielmente que una muerte digna debe ser aquella que se lleva a cabo en caso de enfermedad terminal, bajo la perspectiva y decisión autónoma del paciente, quien debe estar plenamente informado. Es una muerte sin sufrimiento, sin agonía, en compañía de los seres queridos, y no debe ser vista como un final, sino como una celebración de la vida.

“Nada ni nadie debe estar por arriba de la propia autonomía humana y sobre eso me sostengo y a eso me aferro. Mi familia está al cien por ciento conmigo; me han apoyado en todo el proceso y ellos han visto el dolor. Saben que no me quieren seguir viendo sufrir. El amar es soltar, ir”, afirma con convicción.

La Ley Trasciende también busca establecer una diferencia abismal entre la eutanasia y el suicidio. Samara explica: “El suicidio no es una cuestión médicamente asistida y suele ser un impulso mental, hecho en soledad. La eutanasia es una decisión bien meditada y pensada, para pacientes con enfermedades crónico-degenerativas en etapa terminal, y un proceso médico asistido por profesionales, asegurando una muerte sin sufrimiento, sin agonía”.

Mientras que para la religión católica la eutanasia es considerada una violación grave de la Ley de Dios, Samara —criada sin religión y definida como agnóstica— se aferra al estoicismo. Esta filosofía le ha permitido hacer las paces con lo inevitable. “La muerte, yo la abrazo, no es mi enemiga. Estamos acostumbrados a verla con color, pero es lo que tenemos seguro. El momento es aquí y ahora, y el futuro no depende de mí; me enfoco en lo que puedo controlar y en ello trabajo. Es un derecho para quien lo necesite”, explica. Su perspectiva es de aceptación y control sobre lo controlable: la forma de vivir y la forma de trascender.

A sus 30 años, licenciada en Periodismo y con una especialidad en cobertura de crisis, Samara está rompiendo el estigma del tabú. Para ella, la eutanasia no es un acto de rendición, sino una decisión sostenida desde el amor y la dignidad. La Ley Trasciende es una muestra de amor propio, de la gran decisión de no vivir conectada a una máquina, lo que elimina cualquier titubeo.

“Quiero ser recordada desde esta esencia que todavía me mantiene. Yo no pienso que voy a morir, lo tengo presente, pero vivo enfocada en el disfrutar el presente, en el aquí”, recalca. Si la Ley Trasciende se aprueba, la implicación para los derechos humanos en México sería un cambio radical. Demostraría que los pacientes terminales no son una mera estadística, sino que importan, valen y tienen voz. Samara plantea varios puntos a favor de la ley:

• Afirmaría la dignidad y autonomía humana: Demostraría que México apuesta por la dignidad y la autonomía humana por encima de cualquier creencia o verdad absoluta.
• Celebraría la libertad individual: Se reconocería la libertad del paciente para decidir sobre su cuerpo, validando que nadie debe estar por encima de su dolor.
• Constataría la autonomía de las personas: Confirmaría que los individuos son autónomos y tienen valor como personas, y si a una mascota se le puede ofrecer ese derecho, a los mexicanos también.
• Representaría un gran avance en derechos humanos: Pondría la humanidad por encima de cualquier otra cosa y significaría dejar de criminalizar la compasión, ya que actualmente se tipifica como homicidio por piedad.
• Posicionaría a México como referente: México se convertiría en un país que prioriza la humanidad y donde la sociedad construye los próximos pasos en derechos humanos.
• Liberación para pacientes y cuidadores: Sería una liberación para los pacientes con enfermedades terminales y también para sus cuidadores, quienes realizan un gran esfuerzo.

A pesar del dolor constante, Samara sostiene su lucha, dedicando el tiempo que le queda a seguir peleando por los derechos de los pacientes terminales. Agradecida por el apoyo de su familia, amigos y seguidores, espera que su legado recuerde no dejar que la autonomía sea pisoteada. Sabe que esta lucha tiene un fin y espera ese día despedirse en la playa, dejando atrás los parámetros sociales. Desde el amor y una celebración a la vida, Samara espera trascender.