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Mérida, primer lugar en violencia animal en México: una crisis sin resolución clara

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Por Fabio Fuentes

Mérida, Yucatán, 20 de diciembre de 2024.- De acuerdo con estadísticas presentadas por investigadores biólogos y zootecnistas, Mérida ocupa el primer lugar en violencia contra animales a nivel nacional, mientras que México se posiciona en el tercer sitio en toda Latinoamérica. Los ataques hacia animales domésticos, motivados por diversas causas, son un problema recurrente. Este fenómeno ha crecido de manera proporcional al surgimiento de oficinas y fiscalías supuestamente dedicadas a combatir el delito, pero los resultados siguen siendo cuestionables.

Fallas en las investigaciones y denuncias

Ernesto Kantún, biólogo, médico veterinario zootecnista e investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), destaca que las denuncias por maltrato animal no prosperan debido a deficiencias en la Vicefiscalía Especializada. Según el especialista, esta unidad carece de los elementos y protocolos necesarios para investigar, especialmente en casos de envenenamiento.

“El uso de raticidas y otros venenos, empleados de forma indiscriminada para controlar plagas, termina siendo una herramienta para eliminar perros y gatos, principalmente por disputas vecinales”, explica Kantún. Señala que, aunque existen iniciativas para regular la venta de estos productos, la legislación sigue siendo insuficiente. Además, alerta sobre casos de accidentes graves en niños debido a estos venenos, lo que pone de manifiesto la urgencia de medidas más estrictas.

Coordinación institucional: una ilusión

A pesar de los esfuerzos anunciados, como la creación de la Unidad de Protección Animal del Ayuntamiento de Mérida, la realidad refleja un panorama desalentador. El investigador señala que, aunque la Fiscalía General del Estado y el Ayuntamiento presumen avances en uniformes, instalaciones y atención a denuncias, las cifras de casos judicializados son mínimas.

Aarón Castillo Cabrera, titular de la Unidad Especializada en Delitos de Maltrato Animal Doméstico, aseguró que hay “muchos” expedientes en investigación. Sin embargo, no proporcionó cifras concretas y remitió la solicitud de información a la Unidad de Transparencia de la Fiscalía General del Estado.

Por otro lado, defensores independientes del bienestar animal critican que los avances son meramente protocolares y que las acciones de las autoridades carecen de seguimiento. Mientras tanto, el Ayuntamiento reporta más de 400 denuncias por faltas administrativas en el segundo semestre de 2024, como el abandono de perros en azoteas, pero pocos casos graves son judicializados.

Un panorama legal incierto

El problema se agrava debido a la ausencia de una legislación estatal estandarizada en materia de protección animal. Aunque se ha anunciado su próxima aprobación, los avances son escasos. Según Kantún, “el laberinto burocrático diluye los esfuerzos en buenos discursos, anuncios espectaculares y adquisiciones visibles, pero los resultados son mínimos en términos de reducción de la violencia animal”.

A la fecha, en Yucatán solo se registra un caso con sentencia judicial por maltrato animal, lo que contrasta con los altos índices de violencia reportados. Esto refleja, según activistas, una falta de voluntad política para resolver el problema de fondo.

Acciones municipales: un paso inicial

En un evento reciente, la alcaldesa de Mérida, Cecilia Patrón Laviada, junto con Raúl Argaes, director de Medio Ambiente y Bienestar Animal, presentó la nueva Unidad de Protección Animal. Durante su discurso, Patrón subrayó la importancia de enfrentar esta problemática creciente y reiteró el compromiso de su administración con la protección animal.

Sin embargo, expertos como Kantún insisten en que estas iniciativas deben ir acompañadas de protocolos efectivos y un marco legal sólido para garantizar resultados tangibles. Mientras tanto, la violencia contra animales en Mérida sigue siendo una crisis desbordada que requiere atención inmediata y acciones coordinadas entre autoridades, especialistas y sociedad civil.