El 24 de junio de cada año -en el Día de San Juan Bautista-, la comunidad maya de Tipikal de Maní, Yucatán realiza la ceremonia del Pa’p’úul para pedir lluvia al dios Chaac. Dejan vasijas con animales cómo ofrenda a los pies del santo y luego las rompen. Sin embargo, este año no pudieron entregarlas. Denunciaron que el párroco, Jorge Herrera los discriminó y no los dejó pasar a la iglesia por no llevar ropa limpia.
Por Claudia V. Arriaga Durán.
Mérida, Yucatán, 28 de junio de 2023.- El 24 de junio de cada año -en el Día de San Juan Bautista-, la comunidad maya de Tipikal de Maní, Yucatán realiza la ceremonia del Pa’p’úul para pedir lluvia al dios Chaac. Dejan vasijas con animales cómo ofrenda a los pies del santo y luego las rompen. Sin embargo, este año no pudieron entregarlas. Denunciaron que el párroco, Jorge Herrera los discriminó y no los dejó pasar a la iglesia por no llevar ropa limpia.
“Cada año se ofrecen los cántaros a San Juan y en esta ocasión , el padre José Herrera quiso que la gente esté puntual a la misa de 5 de la tarde, pero llegaron con un atraso de 5 a 10 minutos, y mandó a poner candados para que nadie pase”, declaró en entrevista el gestor cultural que atestiguó los hechos, Leobardo Cox.
Explicaron que únicamente ingresaron a la iglesia acólitos, catequistas y personas cercanas al párroco. No le permitieron el paso a la población que estaba regresando de los preparativos del ritual maya.
“Es un ritual maya que se hace cada año y el padre no tiene autoridad en el evento. Tienen que atrapar iguanos, forrar las vasijas y a él le enoja que los hombres entren sucios y sudados porque estaban en el monte, pero casualmente si dejaron entrar a los acólitos, catequistas y gente cercana al sacerdote. Eso es discriminación”, apuntó.
Las personas grabaron el momento en el que les negaron el acceso a la iglesia. Decidieron por primera vez en la historia de la comunidad celebrarlo afuera. Una a una fueron rompieron las más de 500 tinajas, en cuyo interior había patos, conejos, gallinas e iguanas.
La ceremonia maya del Pa’p’úul se ha adaptado año con año. Un ejemplo, es que por primera ocasión participaron mujeres cargando sus vasijas. Los animales también son protegidos, ya que su fin es que regresen al monte para pedirle a Chaac que llueva. Si alguien daña alguno también se aplican multas económicas.
“La gente se organiza en cinco grupos, un día u horas antes van al monte y atrapan animales, los encierran en vasijas de barro y los liberan con el objetivo que vayan al monte a pedir lluvia a los dioses.”, agregó Leobardo Cox.
“Las vasija se acondicionan para que puedan respirar y ser alimentados. Si los lastiman hay multas. Las vasijas se dejan de ofrenda a San Juan y después se liberan, como son frágiles se liberan con un solo golpe, hay música de charanga”, relató.
El Pa’p’úul, es una tradición de sincretismo religioso. Las vasijas con animales en su interior antes eran una ofrenda para Chaac y ahora lo son para San Juan Bautista. Luego de ser bendecida se rompen con un palo para liberar a los animales, ya que la intención es que estos regresen al monte para pedirle lluvia a los dioses.