Por Fabio Fuentes.
El Colegio Keystone, que inició actividades en este ciclo escolar, enfrenta un grave escándalo que ha generado indignación en la comunidad educativa y social de Mérida. Una estudiante de 16 años, identificada como M.D.M. por su edad, fue presuntamente agredida físicamente por una maestra y una conserje tras negarse a entregar su celular en las instalaciones del plantel.
El incidente ocurrió cuando la estudiante quiso comunicarse con su madre para que la recogiera, acción que fue impedida por la maestra. Según el relato de la menor, la docente intentó quitarle el celular por la fuerza, derivando en un forcejeo que culminó con la menor en el suelo. A pesar de que seguía sujetando el dispositivo, la maestra logró arrebatárselo y lo presionó contra su oreja mientras ejercía fuerza en su cuello, causando dolor.
Ante la resistencia de la menor, la maestra solicitó la ayuda de una conserje para someterla, inmovilizándola de brazos y piernas. Fue hasta que intervino la psicóloga del colegio que las dos trabajadoras soltaron a la menor, permitiéndole comunicarse con sus padres.
La llegada de los padres intensificó el altercado. La madre de la menor confrontó a la maestra agresora, lo que derivó en una discusión que requirió la intervención de la Policía. La maestra y la conserje fueron detenidas y trasladadas a la Fiscalía General del Estado, donde más tarde fueron liberadas tras rendir su declaración.
La familia de la menor interpuso una denuncia formal en la Agencia 29 de la Fiscalía, acusando a las trabajadoras del colegio de agresión física y exigiendo una investigación para esclarecer los hechos. Además, han exigido explicaciones al colegio por la aparente falta de protocolos que permitan resolver conflictos disciplinarios de manera adecuada y sin violencia.
El caso ha generado cuestionamientos sobre la actuación del personal educativo y la gestión de crisis en el Colegio Keystone, además de críticas generalizadas sobre el uso de la fuerza contra menores en cualquier institución educativa.
La Fiscalía ha iniciado una investigación formal y asegura que se aplicarán las sanciones correspondientes si se confirma la responsabilidad de las implicadas. Mientras tanto, el Colegio Keystone no ha emitido un comunicado oficial ni ha aclarado los pasos que tomará para garantizar la seguridad de sus alumnos y evitar que un incidente similar vuelva a ocurrir.
Con este caso, se abre un debate urgente sobre los límites en la actuación del personal educativo y la necesidad de reforzar los protocolos de manejo de conflictos en las escuelas, especialmente en situaciones que involucren a menores de edad.