Por Fabio Fuentes
Mérida, Yucatán, 04 de diciembre de 2024.- El viaje comenzó en el fraccionamiento Las Américas, al norte de Mérida, con destino a Ciudad Caucel, en la calle 79 por 62A. Doña Paz abordó el Didi cargando una historia que marcó cada palabra del trayecto: la muerte de su hija Pamela, quien habría cumplido 36 años en noviembre. Pamela fue asesinada en 2021, con apenas 33 años, dejando huérfanos a sus dos hijos, de 9 y 14 años. Su muerte ocurrió en un departamento en Chetumal, donde recibió una brutal golpiza junto con dos amigas. El último golpe contra la taza del baño acabó con su vida, mientras que los cuerpos de las otras mujeres fueron arrojados cerca de Tulum.
Pamela, la mayor de tres hermanas, fue llevada a vivir desde muy joven con David, un militar que trabajaba como escolta del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Según Doña Paz, esa relación estuvo marcada por el control y los abusos. Tras el feminicidio, el esposo de Pamela no se presentó al funeral ni contribuyó económicamente. Los padres de Pamela, con recursos limitados, tuvieron que asumir los costos de traslado, que superaron los 10,000 pesos, y enfrentar un mes de trámites burocráticos debido a errores en la documentación del servicio médico forense de Quintana Roo. Solo gracias a la intervención del entonces diputado Rommel Pacheco lograron los sellos necesarios para el entierro en el cementerio de Xoclán.
Durante el trayecto, Doña Paz narró las contradicciones de David: primero declaró haber reconocido el cuerpo de Pamela, luego afirmó que estaba en la Ciudad de México en funciones presidenciales. Sin embargo, el hijo mayor de la pareja señaló a su propio padre como el responsable del asesinato y de años de violencia contra su madre. Este testimonio ha dado un giro al caso, pero la familia enfrenta obstáculos legales, ya que David está protegido por el fuero militar. Para que sea juzgado, primero debe ser dado de baja en un tribunal castrense, un proceso fuera del alcance de los recursos de la familia.
“Ese desgraciado sigue llamándonos. Nos dice: ‘Suegros, no sigan con esto, yo no hice nada’. Pero mi nieto no miente, y sabemos que las pruebas apuntan a él”, aseguró Doña Paz con voz firme. Aunque la lucha por justicia está empantanada, la familia mantiene la esperanza de que la posición actual de Rommel Pacheco, cercano a la presidenta Claudia Sheinbaum, pueda dar un impulso decisivo al caso.
Pamela, quien habría cumplido 36 años, era una mujer alegre y soñadora. Su muerte dejó una herida profunda en su familia, pero también una causa que mantiene a Doña Paz en pie. “Por Pamela y mis nietos, no vamos a echarnos para atrás”, afirmó al llegar a su destino en Ciudad Caucel, dejando en claro que esta historia no solo refleja la violencia de género, sino también la impunidad y las fallas del sistema.