Por Me dirijo de la manera más respetuosa y en mi calidad de madre de la menor A.K.S. quien ha sido víctima de abuso sexual equiparado agravado (2), por parte de su padre biológico, el señor Gabriel Alejandro K.Ch.
Aquí, el juicio fue sobre el acto del abuso sexual a su propia hija biológica, y el daño psicológico y psiquiátrico, ya está presente, aunque aún esté en proceso de ser comprendido por la víctima.
El propósito de estas palabras es SANA JUSTICIA que garantice a mi hija una vida libre de violencias.
El paso del tiempo no borra el delito, y la corta edad de la víctima no disminuye su gravedad: la agrava, porque muestra que el agresor actuó con absoluta conciencia de la indefensión total de su víctima.
Y ella lo pudo expresar con sus palabras, su cuerpo, su mente. Su desarrollo emocional llevan inscritas las consecuencias de ese abuso.
Este no es un delito que termina cuando cesa el acto abusivo. El abuso sexual infantil deja una herida que se reactiva en distintas etapas de la vida: en la infancia, pubertad, y en la adultez.
Mi hija aún no dimensiona todo lo que le fue arrebatado. Pero llegará el día en que comprenda, que lo que debía ser un espacio de cuidado fue usado para el daño. Y ese día necesitará saber que LA JUSTICIA SI FUE POSIBLE.
JUSTICIA no es solo castigar al culpable. JUSTICIA es también reconocer el sufrimiento de quien, aún sin palabras, clama por reparación.
Tanto la Fiscalía como mis abogados han aportado pruebas sólidas y contundentes que demuestran la veracidad de los hechos.
Dichas pruebas incluyen:
* Peritajes Psicológico, peritaje Forense de ITS, los Médicos: Pediatra Dr Gerardo Sagols , Paidopsiquiatra Dr Roberto Carrillo ruiz (Director del Psiquiátrico Infantil de Mérida), psicóloga, donde todos coinciden científicamente, por lo expresado reiterada veces por mi hija.
* Testimoniales que respaldan los hechos de las afectaciones psicosexual y trastornos del sueño, Maestra, testigos.
* Y principalmente el testimonio de mi hija, quien ha expresado de forma libre y reiterada la violencia sexual de la que fue víctima, con secuelas de Estrés post traumático y Trastorno de ansiedad, derivado al abuso sexual infantil del cual fue víctima, de la persona que más debió respetarla, educarla y amarla.
Todas las pruebas presentadas, fueron valoradas por Jueza del Tribunal Unitario Sexto de Enjuiciamiento con la debida perspectiva de infancia y de género, y con la sensibilidad de este caso tan delicado exigió.
Este viernes 4 de septiembre fue sentenciado a 21 años de presión y lo amonestaron públicamente; le suspendieron sus derechos políticos; lo condenaron al pago de 283,402.56 pesos en concepto de multa, y 100 mil pesos por reparación del daño moral.
Este proceso fue justo y transparente. Se actuó de la manera correcta para proteger los derechos e integridad de mi hija y derecho a una niñez digna.
Considero que nunca se va a ser suficiente para resarcir el daño ocasionado, sin embargo mi hija recibió justicia y espero sea un presedente positivo para otras niñas, niños y adolescentes en busca de justicia.
Atentamente
P.A.S.L
