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Cuando la crueldad busca likes

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Por KIKI VC

México 28 de abril de 2025.-Las redes sociales pueden ser un arma de doble filo. El estado mental de muchos hoy depende de la aprobación digital: corazones, pulgares arriba, comentarios de gente desconocida que nos llenan de dopamina.
Pero para alcanzar esa dosis, hemos caído tan bajo que somos capaces de hacer cualquier estupidez —porque no hay mejor palabra— solo para lograr visualizaciones, ganar seguidores… y en algunos casos, unos cuantos pesos.

No es la primera vez que presenciamos actos absurdos y crueles en redes sociales. El 25 de abril de 2025, en Xul-Há, al sur de Quintana Roo, un joven identificado como R.P.N., acompañado —presuntamente— de amigos o familiares, tuvo la ocurrencia de amarrar a un pequeño perro a un dron para hacerlo volar. La escena, grabada y compartida, muestra entre risas cómo el indefenso animal, visiblemente nervioso, es elevado en el aire, convertido en el hazmerreír de quienes grababan “la broma del año”.

Probablemente, esta «idea» surgió de otras imágenes virales, como el video en YouTube titulado «Dron se lleva a perro Bobby», un clip editado donde se finge que un perro sale volando atado a un dron. Pero mientras algunos entienden que es ficción, para otros, la diferencia entre realidad y broma peligrosa se vuelve invisible.
Y en esa confusión, el daño se vuelve real.

Durante todo el día, las redes se llenaron de indignación. En una publicación, la activista Anni S. confrontó directamente el caso. R.P.N. respondió: alegó que el perro se había escapado y que usaron el dron para atraparlo con un gancho; que todo fue grabado porque “se le hizo gracioso el perro volador”. Incluso añadió que su familia tiene permiso de caza y tiro, intentando justificar lo injustificable.

Ante estas declaraciones, activistas y ciudadanos exigieron pruebas de que el can estaba en buen estado. La respuesta de R.P.N. fue cerrar sus redes sociales y desaparecer del espacio público, dejando tras de sí el eco de la impunidad.

Este caso no es un hecho aislado. En el sur de México, el maltrato animal ha ido en aumento: en Yucatán, entre 2022 y 2024, se registraron más de 600 denuncias por crueldad animal, pero solo una llegó a sentencia. En Quintana Roo, en 2024, hubo más de 80 denuncias y ninguna condena. La violencia se vuelve rutina. Y lo que es peor: se vuelve entretenimiento.

Tal vez, el uso adictivo de las redes sociales, el apego ciego a los celulares, nos está convirtiendo en una amenaza para otras formas de vida… y no en seres inteligentes. Porque lejos de evolucionar, parece que hemos empezado a olvidar lo que alguna vez nos hizo sapiens.