Fotos y texto por Kiki V.C
Las invitaciones a la toma de protesta del próximo gobernador Huacho Díaz no lograron cumplir su propósito, ya que muchos asistentes optaron por regresar a casa debido a la falta de espacio en la plaza grande. Desde muy temprano, las personas comenzaron a llegar en busca de un lugar para sentarse, con la esperanza de disfrutar del evento.
Las sillas designadas para el público fueron rápidamente ocupadas, mientras que las áreas VIP generaron conflictos, ya que la exclusividad se extendió a lo que algunos llamaron «VIP+», lo que causó malestar entre los asistentes.
Seferina Moo y María Canché de Teabo relataron que fueron convocadas a Mérida con la promesa de un acceso especial para apoyar a su próximo gobernador. Sin embargo, al llegar, se dieron cuenta de que todo estaba ya ocupado. Intentaron acceder a un espacio cercano a la catedral, pero se encontraron con que la situación era aún más caótica, sin posibilidad de entrar. “Lo bueno es que trajimos comida y agua,” comentaron, resignadas a esperar en medio de la multitud.
A medida que avanzaba la noche, ya eran las 10 y la gente seguía llegando por todas partes. El único acceso disponible era a través del Olimpo y la calle de la Michoacana, entre la 62 y la 63. Algunos jóvenes, que llegaron en grupo desde Kanasín, expresaban su frustración, comentando: “Mejor paso a ver al Recodo,” mostrando su desinterés por el evento en medio del desorden.
A pesar de la desorganización y el descontento, el pueblo mantenía una chispa de esperanza en torno a lo que podría ser un nuevo cambio. La emoción por el futuro y la figura del nuevo gobernador parecían eclipsar las dificultades del momento, evidenciando un deseo colectivo de avanzar hacia lo que se esperaba fuera un período de transformación.
