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Compasión Traicionada: La Realidad de las Estafas en el Rescate Animal.

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Mérida, Yucatán a 29 de octubre de 2024. La usurpación de identidad es un delito que ha cobrado relevancia en el ámbito digital, especialmente en redes sociales, donde los fraudes pueden propagarse con facilidad. En México, este delito está tipificado en el Código Penal, y las sanciones pueden variar entre 6 meses y 6 años de prisión, además de multas económicas. Recientemente, un caso en Yucatán ha encendido las alarmas entre los animalistas de la región.

por Kiki VC.

El 28 de octubre, en la página de Adopciones y Rescate de Perros y Gatos en Mérida, se denunció un supuesto maltrato animal en la colonia Esperanza de la ciudad de Mérida. La persona que se hacía llamar Yane Median compartió una foto de un perrito en condiciones deplorables, solicitando ayuda urgente para su rescate. En su mensaje, describe la situación y mencionaba que los dueños del perro se negaba a entregarlo.

El post atrajo rápidamente la atención de los usuarios, quienes empezaron a pedir detalles sobre la ubicación exacta del sabueso. Sin embargo, la «denunciante» sólo proporcionaba información vaga, lo que despertó sospechas. Poco después, volvió a publicar, afirmando que habían rescatado al perro y solicitando apoyo económico para cubrir los gastos veterinarios, compartiendo un número de cuenta bancaria.

Entre los comentarios, muchos expresaron gratitud y ofrecieron ayuda, pero pronto surgió un usuario que alertó sobre la posible farsa. Investigaciones adicionales revelaron que el caso de maltrato no era real y que la imagen utilizada había sido sacada de un informe anterior sobre un perro maltratado en la colonia Del Valle en Puebla, publicado por el Instituto de Bienestar Animal.

Al darse cuenta de que su engaño había sido descubierto, la supuesta Yane Median bloqueó su perfil y eliminó la publicación, aunque el daño ya estaba hecho. Este no es un caso aislado; hay evidencia de que la misma persona ha perpetrado estafas similares en varias partes del país, utilizando historias y fotos robadas para engañar a los usuarios y obtener dinero.

El fenómeno de la usurpación de identidad en redes sociales es especialmente complicado, ya que los estafadores pueden ocultar su verdadera identidad detrás de perfiles falsos. En este caso, se identificaron múltiples perfiles que han estado involucrados en estafas, incluyendo nombres como Jocelyn Munguía, Teresa Martínez, y Lizbeth Carolina Medrano García, entre otros.

Los números de cuenta utilizados por el estafador también han sido rastreados, revelando conexiones con actividades fraudulentas en varias ciudades, desde Yucatán hasta Monterrey y Tijuana. Esta situación destaca la importancia de la cautela en el uso de redes sociales, especialmente al ofrecer apoyo a causas que pueden ser fraudulentas.

Las cuentas son: BBVA 4152314184885427 y BANCOPPEL 4169161444777154 a nombre de LIZBETH CAROLINA MEDRANO GARCIA.

4152314184885427 a nombre de Lizbeth García o Lizbeth Carolina, esta cuenta es una de las más actuales que se ha usado en las estafas.

Las redes sociales son una herramienta poderosa para el activismo y la ayuda comunitaria, pero también pueden ser un terreno fértil para los estafadores. La comunidad debe permanecer alerta y verificar la autenticidad de las denuncias antes de actuar, para evitar ser víctimas de fraudes que pueden desvirtuar la noble causa de rescate y bienestar animal.

Imaginemos encontrar una publicación en redes sociales que muestra la foto de un perrito abandonado y malherido. El texto implora a los usuarios que donen dinero para salvar su vida. Conmovidos por la situación, muchos realizan un depósito con la esperanza de hacer una diferencia. Sin embargo, semanas más tarde, descubren que la historia era falsa y que su donación se había perdido.

Esta es la triste realidad que enfrentan muchos amantes de los animales al toparse con las estafas que plagan el mundo del rescate animal. La desconfianza que genera este tipo de fraude no solo desvía recursos necesarios, sino que también impacta emocionalmente a quienes genuinamente desean ayudar.

Los donativos son el oxígeno que mantienen con vida a los refugios de animales. Sin embargo, las estafas que utilizan historias falsas para recaudar fondos están robando ese aire vital. Cada peso desviado de su propósito es un animal menos que puede ser rescatado, alimentado o curado. Es una tragedia que los más vulnerables, aquellos que no tienen voz, sean los que más sufren las consecuencias de estas acciones deshonestas

La confianza es el pilar sobre el cual se construyen los refugios de animales. Cuando esta confianza se ve traicionada por estafadores que abusan de la compasión de las personas, se crea un clima de desconfianza que perjudica a todos los involucrados. Los rescatistas, desmoralizados y agotados, tienen menos capacidad para ayudar a los animales, y los donantes, cautelosos, se vuelven más reticentes a brindar su apoyo.

Los estafadores utilizan diversas tácticas para engañar a las personas y aprovechar su compasión hacia los animales. Una de las estrategias más comunes es la creación de historias falsas y emotivas que relatan situaciones desgarradoras sobre animales en peligro. Estas narrativas suelen ir acompañadas de imágenes impactantes que buscan conmover al público y apelar a su empatía. Además, a menudo hacen solicitudes urgentes de dinero, argumentando que la vida del animal depende de una donación inmediata, lo que provoca un sentido de urgencia que dificulta la reflexión crítica antes de actuar.

Otra táctica es la suplantación de identidades; se hacen pasar por organizaciones de rescate legítimas o crean perfiles falsos en redes sociales, lo que les otorga una apariencia de credibilidad. Para reforzar sus historias, utilizan imágenes robadas de otros animales o de bancos de imágenes, aumentando así la verosimilitud de sus relatos y engañando aún más a sus víctimas. Por último, aplican técnicas de manipulación psicológica para presionar a las personas a donar, generando sentimientos de culpa o miedo que pueden nublar el juicio de quienes desean ayudar. Este conjunto de tácticas hace que sea crucial que los donantes potenciales sean críticos y cuidadosos al considerar sus contribuciones.

Las redes sociales representan una herramienta valiosa para el rescate animal, permitiendo a muchas personas ayudar a animales necesitados. Sin embargo, también se han convertido en un terreno fértil para estafas que pueden desviar fondos destinados a causas legítimas. Para identificar posibles fraudes, es esencial que los usuarios verifiquen la fuente de la denuncia, analizando el historial de publicaciones y la actividad de la cuenta. Además, deben prestar atención al contenido compartido, asegurándose de que las imágenes y solicitudes de donación sean claras y legítimas.

Si surge alguna sospecha, es recomendable solicitar detalles adicionales, como la dirección del lugar donde se encuentra el animal o el nombre de la persona que realiza la denuncia. Realizar una búsqueda en línea sobre la situación denunciada puede proporcionar información valiosa que confirme o desmienta la historia. Consultar a organizaciones de rescate también puede ser útil, ya que estas entidades suelen estar al tanto de fraudes similares.

En caso de sospecha de estafa, es fundamental actuar rápidamente. Los usuarios deben reportar perfiles o publicaciones engañosas a la plataforma de redes sociales, así como contactar a las autoridades locales si creen que se está cometiendo un delito, como fraude o maltrato animal. Informar a organizaciones de rescate sobre la posible estafa permite que estas alerten a su comunidad y tomen medidas para proteger a los animales.

Compartir la experiencia en grupos o páginas dedicadas al rescate animal puede ayudar a alertar a otros sobre el fraude y contribuir a crear un ambiente más seguro. Además, es recomendable conservar evidencias, como capturas de pantalla y comunicaciones, para facilitar una denuncia formal si es necesario. Al mantenerse alerta y verificar la información antes de actuar, la comunidad puede proteger tanto a los animales como a las personas vulnerables de estos fraudes. La colaboración y la precaución son esenciales en esta lucha.