Lucía Estrada Contreras de 5 años de edad desapareció el 8 de agosto, víctima de violencia vicaria. Desde hace 22 días su mamá, Ericka Contreras no ha podido abrazarla, verla y desconoce su paradero. Ya hay una Alerta Amber publicada para localizarla.
Por Claudia V. Arriaga Durán
Mérida, Yucatán, 30 de agosto de 2024.- Lucía Estrada Contreras de 5 años de edad desapareció el 8 de agosto, víctima de violencia vicaria. Desde hace 22 días su mamá, Ericka Contreras no ha podido abrazarla, verla y desconoce su paradero. Ya hay una Alerta Amber publicada para localizarla.
La sustrajo su papá, Mauricio, quien en 2019 fue consejero de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey). El 8 de agosto, terminó el periodo de convivencia que le correspondía de acuerdo a lo dictado por los juzgados de lo familiar. Ericka tiene la custodia de Lucía y aún así él se negó a entregarla.
“Tengo 22 días sin ver a mi hija, sin olerla, escucharla, sin que ella me escuche a mí. No tengo idea de dónde está. Cualquier persona que le esté dando asilo a él, ya sea si está en una casa rentada o un hotel, está cometiendo un delito, son cómplices”, expuso la mamá de la menor, Ericka en entrevista.
Reveló que ya habían antecedentes de violencia vicaria, incluso en enero de 2024, interpuso la primera denuncia con apoyo del Centro Regional Violeta de la Secretaria de las Mujeres (Semujeres).
Había presentado testigos y acudido a todas las sesiones psicológicas para confirmar este patrón. Sí bien, su hija Lucía aún se encontraba junto a ella, existían constantes amenazas. Es decir, lo que Mauricio intentaba era ejercer un control a base de estas acciones.
Meses después, el mayor miedo de Ericka se concretó: separaron a su hija de sus brazos.
Con la excusa de la entrada del huracán “Beryl” , el papá de Lucía le pidió a su expareja ir a quedarse en la casa con ellas. No aceptó porque no quería compartir el espacio con él, ya que existen antecedentes de violencia familiar.
En el 2019 que se separó, salió de la casa en la que vivían con apoyo de personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), habían transcurrido 15 días del nacimiento de la pequeña. Con el objetivo de vivir una maternidad plena y por Lucía, acordaron que él conviviría con su hija jueves, viernes, sábado y domingo.
Para las fechas del huracán Beryl, a Mauricio le correspondía el periodo de verano, así que fue por Lucía y ya no la regresó. Ericka intentó ir a buscarla, sin embargo, se la negó y la agredió. Del hecho queda constancia en un parte policiaco.
“Me doy cuenta que no me la va a regresar, mi mayor temor de la violencia vicaria se hizo realidad. El 8 de agosto acudí al domicilio en un estado alterado a decirle a mi hija que ahí estaba, que la quiero y extraño”, recordó.
“Él llamó a la policía por cómo estaba gritando, intenté subir las escaleras y me tiró , está documentado todo, lo vio la policía”, lamentó.
El 9 de agosto acudió de nuevo al Centro Regional Violeta, la apoyaron para redactar el escrito que entregó a los juzgados de lo familiar. A la par, amplió la primera denuncia en la fiscalía. Posteriormente, contrató a abogados particulares y denunció por sustracción de menor. El 12 de agosto, la FGE le ordenó al papá presentarla, pero no lo hizo. Ese día publicaron la Alerta Amber.
Otra de las acciones que hizo para recuperar a Lucía fue interponer un amparo y le dan la orden de recuperación 20 días después. La respuesta de Mauricio fue ampararse, aun así se efectuó el operativo. Aunque como él ya estaba sobreaviso no los encontraron.
“No sé cómo está mi hija, ella está con él desde el 3 de julio, yo la vi un sábado antes del 8 de agosto y la vi demacrada; sus horarios y rutinas las cambiaron. Ya no está yendo a la escuela y es derecho de Lucía su primer día de clases, iba a entrar a tercero de kinder, tiene derecho a vivir esa emoción, a tener nuevos amigos”, enfatizó Ericka.