“A cuatro años del feminicidio de mi hija sigo luchando y no descansaré hasta que el feminicida pague. No solo mató a mi hija, me mató a mi en vida. No he tenido el luto que merece porque me he dedicado a investigar”, dijo entre lágrimas, la madre de Jade Adriana Martínez, quien viajó de Chiapas a Yucatán para pedir la colaboración de la Fiscalía en la investigación.
Por Claudia V. Arriaga Durán.
Mérida, Yucatán, 02 de febrero de 2024.- “A cuatro años del feminicidio de mi hija, Jade sigo luchando y no descansaré hasta que el feminicida pague, no solo mató a mi hija, me mató a mi en vida, destruyeron sus planes, acabaron con ella. No llegó a tener un proyecto de vida porque el asesino la mató y desde entonces no he descansado, no he tenido el luto que merece porque me he dedicado a investigar”, dijo entre lágrimas, la madre de Jade Adriana Martínez.
El 14 de enero de 2020, Jade de 13 años de edad fue hallada sin vida en los baños del Instituto del Deporte en Chiapas. La primera versión de la Fiscalía de Chiapas fue que cometió suicidio, ya que encontraron el cuerpo suspendido. Una segunda autopsia y la mecánica de hechos reveló que esto no pudo ser posible. Su muerte se reclasificó como feminicidio.
En la búsqueda de la verdad y justicia, este jueves, Adriana viajó desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán para solicitar su apoyo en la localización de un testigo clave, que podría conocer el paradero del presunto feminicida.
En entrevista para Proyecto Libres explicó que el día de los hechos -la sábana de llamadas- reveló que hablaron por horas. La geolocalización también apuntó a que el presunto feminicida, quien era empleado del Instituto del Deporte de Tuxtla Gutiérrez, acudió a plaza las Américas en donde venden boletos con destino a Mérida.
“El cuerpo fue manipulado por los directores del Instituto, Tania Robles y por la Fiscalía, en las fotos aparece a 50 centímetros y en otra al ras del piso. Cuando la encuentra su papá tenía la manga del suéter arremangado y golpes en el cuerpo y en la foto de la fiscalía el suéter estaba abajo tapando golpes y hematomas”, explicó Adriana.
Para lograr la reclasificación de suicidio a feminicidio, el cuerpo de Jade fue exhumado para una segunda autopsia y también se hizo otra mecánica de hechos y criminalística de campo. La menor y su familia fueron revictimizadas por las autoridades de Chiapas.
Adriana continuará buscando verdad y justicia para Jade. Advirtió que viajará y protestará las veces que sean necesarias para que las autoridades la escuchen. Recordó a su hija como una deportista de alto rendimiento, que practicaba judo de 7 de la mañana a 7 de la noche. Otro de sus sueños era ser piloto aviador.
“Somos madres que nos han matado en vida y así nos manden a matar o hagan lo que quieran con nosotras, ya estamos muertas en vida, qué más podemos sentir, en el momento que una entierra a una hija muere, muere en vida se van las ilusiones y esperanzas, la alegría”, manifestó con lágrimas.
Una de las madres buscadoras de Quintana Roo, Deysi Blanco, madre de Fernanda Cayetano Blanco, una menor desaparecida en Isla Mujeres- acompañó a Adriana a solicitar el apoyo de la FGE de Yucatán.