Iker de siete años de edad murió atropellado cuando hacía malabares en las calles de la avenida Líbano en Mérida. El menor que era originario de Chiapas, le recordó a la ciudadanía la red de trata de personas que opera en Yucatán y que explota a las infancias a diario a la vista de todos. La indignación motivó a quienes viven y trabajan en la zona a protestar. Exigieron al gobierno estatal y municipal empezar a preocuparse por este delito que se comete a plena luz del día.
Por Claudia V. Arriaga Durán.
Mérida, Yucatán 16 de junio de 2023.- Iker de siete años de edad murió atropellado cuando hacía malabares en las calles de la avenida Líbano en Mérida. El menor que era originario de Chiapas, le recordó a la ciudadanía la red de trata de personas que opera en Yucatán y que explota a las infancias a diario a la vista de todos. La indignación motivó a quienes viven y trabajan en la zona a protestar. Exigieron al gobierno estatal y municipal empezar a preocuparse por este delito que se comete a plena luz del día.
Una de las manifestantes explicó que en reiteradas ocasiones hicieron parte a las autoridades, pero nadie les hizo caso. Incluso, el día que Iker murió estaba con tres niños y una niña, quienes fueron resguardados por los locatarios. Los menores fueron testigos de la muerte de su amigo y aun así la policía estatal se negaba a protegerlos.
“Avisamos inmediatamente a las autoridades y llegó la policía, primero dijeron que no se llevarían a los niños, que porque no tenían familiares que los reclamen y les respondí que por eso mismo tenían que resguardarlos. Que esos niños vieron que murió su amigo y necesitaban apoyo emocional y psicológico”, relató en entrevista.
Las y los manifestantes, que son vecinos y/o trabajan en la zona, reclamaron que cada vez que llamaban a las autoridades -no especificaron cual- , les pedían que esperen hasta que se lleven a los menores. Nunca ocurrió.
“No queremos a más niños en la calle. Cuando llamamos a las autoridades nos dicen quédate hasta que veas que se lleven a los niños, y luego las autoridades vienen y no quieren llevarlos porque dicen que no tienen familia que lo reclamen”, detalló Aurora.
Las personas que conocían a Iker y otros menores por trabajar todos los días en la calle, bajo el sol o con lluvia; dijeron que todos los días los llevaban y recogían en un vehículo. Pasaba a la vista de todas las personas y sus reportes a las autoridades fueron insuficientes para garantizarles una mejor vida.
La trata de personas en la modalidad de explotación labora de la que fue víctima Iker ocurrió con el permiso de Derechos Humanos y del Estado.
“Este gobierno, está administración le falló a Iker en protegerlo. Iker es la voz de muchos niños que son abusados y víctimas de trata y de muchas tragedias más. Como sociedad no estamos dispuestas un día más a ser testigos y cómplices pasivos de arbitrariedades que la autoridad se ha negado a resolver. La presencia de niñas, niños y adolescentes en semáforos, vendiendo flores y en restaurantes pidiendo limosna no es nueva”, expresó otra de las manifestantes, Ángeles Dzib.
Hasta el momento, según información que la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) expuso en sus redes sociales, la automovilista se entregó y acudió en compañía del representante legal de la empresa a la que le pertenecía el vehículo. Del cuerpo de Iker, quienes protestaron comentaron que aun nadie lo reclama.
«¡La explotación a menores está prohibida en nuestro país ¿Por qué lo permiten Mauricio Vila y Renán Barrera ?! ¡Alto a la explotación infantil!», alegaron las y los manifestantes mientras pedían justicia por Iker.